Paseando, días atrás por el actual Barrio de Puerto Madero, me volvió a la memoria el viejo puerto al que iba de chico a ver los grandes transatlánticos ( Barcos que cruzaban al atlántico, cuando no había aviones, o había pocos....esto es para los más jóvenes).
Un par de
grandes poetas con sus tangos llegaron en ayuda de mi nostalgia.
Turbio fondeadero donde van a recalar
Barcos que en el muelle para siempre han de quedar,
Sombras que se alargan en la noche del dolor;
Náufragos del mundo que han perdido el corazón;
Puentes y cordajes donde el viento viene a aullar;
Barcos carboneros que jamás han de zarpar;
Torvo cementerio de las naves que, al morir,
Sueñan, sin embargo, que al mar han de partir.
Una calle en Barracas al Sur
Una noche de verano
Cuando el cielo es más azul
Y más dulzón el canto
Del barco italiano.
Con su luz mortecina, un farol
En la sombra parpadea,
Y en zaguán
Está un galán
Hablando con su amor.
Y desde el fondo del Dock
Gimiendo en lánguido lamento
El eco trae el acento
De un monótono acordeón,
Y cruza el cielo el aullido
De algún perro vagabundo
Y un reo meditabundo
Va silbando una canción.
( SILBANDO
Poema: José Gonzalez Castillo Castillo
Música: Sebastián Piana
1923 )
( SILBANDO
Poema: José Gonzalez Castillo Castillo
Música: Sebastián Piana
1923 )
Colaboración David Gleiser
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