Hoy parecen cosas risibles, pero con anterioridad a la invención del radar cualquier método era válido si servía para prevenir a la población o a los propios compañeros de un posible ataque.
Basados en los principios del estetoscopio algunos y otros imitando la direccionalidad de las orejas de algún animal, estos artilugios de la Primera Guerra Mundial seguirán siendo muestra cabal de la fértil imaginación humana.
Nótese que las orejeras contaban con almohadillas inflables para asegurar su perfecta adaptación al contorno de la cara.
Ahora bien, en este tipo de guerra de sonidos, parece ser que el bando contrario encontró la forma de anular a los soldados oyentes. Si no me cree vea la siguiente foto e imagine para qué servían...
2 comentarios:
¡Me encanta!!!!
Vi cada uno de los post, el cura y el rabino una joyita.
Un placer andar por este sitio, diseño y contenido perfectos para mi gusto.
Andaré por aquí
Besos
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Cariños
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