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Domingo siete


Eranse una vez dos compadres, uno rico llamado Cosme y otro pobre llamado Beto; el pobre era tan pobre que a veces tenía que recurrir a la ayuda de su compadre; pero éste era bastante avaro y siempre le ponía miles de "peros" para no aflojarle ni un centavo.

Un día el pobre salió en busca de trabajo pues las necesidades eran muchas y los dinerillos pocos... pero esta vez salió con un rumbo distinto al de siempre.

- "Puede que me cambie la suerte" - pensó y se puso en marcha.

Anduvo hasta casi la oración (crepúsculo) y ya perdía las esperanzas cuando a lo lejos divisó un rancho....

Al llegar comprobó que estaba abandonado y decidió volverse antes de que anocheciera. De pronto sintió que venía gente. El susto lo hizo dar un salto y se escondió en un tirante del techo.

Eran unos paisanos que el nunca vio. Entraron en la casa, prendieron un fueguito y entre vino y vino comenzaron a cantar:

- Lunes y martes,
y miércoles tres,
jueves y viernes,
y sábado seis...

La reunión se iba animando cada vez más y se largaron a bailar, siempre con los mismos versos.

El pobre Beto se divertía de lo lindo pero con el pasar de las horas y siempre la misma canción se comenzó a aburrir entonces cuando los cantores llegaron a "sábado seis", el gritó:

- A las cuatro semanas
se ajusta el mes....!

Los hombres pararon de cantar; miraron al lugar desde donde salió la voz y dijeron: - Baje, amigo, ¿que hace allí?...

- Los oí llegar y me asusté.

- No se preocupe compadre, le estamos muy agradecido porque nos ayudó a alargar un poco nuestra canción - y en recompensa le dieron una gran cantidad de dinero en oro.

Al llegar a su casa pasao de contento, Beto le dijo a su mujer que fuera a los de Cosme a pedirle prestado una balanza para medir las onzas regaladas.

Cosme, intrigado por el pedido, untó un plato de la balanza con grasa con la intención de que un poco de lo que fuera pesado quedara en el plato. Al regresar el aparato, notó que en la grasa había polvo de oro y fue inmediatamente a lo de Beto y le preguntó:

- ¿De donde has sacado oro?


Mientras Beto le contaba, Cosme planeaba hacer lo mismo para ampliar sus arcas; y así lo hizo... fue al mismo rancho, se trepó en la misma viga y llegaron los gauchos cantores que prendieron fuego y descorcharon los vinitos y entonaron:

- Lunes y martes,
y miércoles tres,
jueves y viernes,
y sábado seis,
a las cuatro semanas
se ajusta el mes...

La repetición del canto empezó a impacientarlo y cuando llegaron a "sábado seis" pegó el grito:

-¡Falta domingo siete!

Los paisanos enardecidos bajaron a Cosme de la viga y en cuanto empezaron a propinarle una paliza, éste logro zafar y salió como alma que lleva el diablo.

La historia se propagó como un secreto a gritos y así cuando alguien dice algo inoportuno se exclama: "¡ya salió con un Domingo Siete!". 
 
 
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COMO YO LO SIENTO


COMO YO LO SIENTO - Milonga

Letra y Música: Osiris Rodríguez Castillo

No venga a tasarme el campo
con ojos de forastero,
porque no es como aparenta,
sino como yo lo siento.

Yo soy cardo de estos llanos,
totoral de esos esteros,
apinda de aquellos montes,
piedra mora de mis cerros
y no va a creer si le digo,
que hace poco lo comprendo.

Debajo d'este arbolito
suelo amarguiar en silencio
si habré lavao cebaduras
pa' intimar y conocerlo.

No da leña ni pa' un frío,
no da flor ni pa' remedio,
y es un pañuelo de luto
la sombra en que me guarezco,
no tiene un pájaro amigo,
pero pa' mí es compañero.

Pa' que mentar, velay,
velay si se esta cayendo,
la han regoriado los agostos
de una ponchada de inviernos.

La vi quedarse vacía,
la vi poblarse 'e recuerdos,
solo por no abandonarme
le hace pat'ancha a los vientos,
y con goteras de luna
viene a estrellar mis recuerdos.

Mi campo conserva cosas
guardadas en su silencio,
que yo gané campo afuera,
que yo perdí tiempo adentro.

No venga a tasarme el campo
con ojos de forastero,
porque no es como aparenta,
sino como yo lo siento.
Su cinto no tiene plata
Ni pa' pagar mis recuerdos.

(Gentileza de Marga Grigera)

Náufrago


Había una vez un hombre, que luego de haberse peleado con su última novia, decidió irse de vacaciones.
Se fue en un crucero y lo pasó fabuloso... hasta que se hundió el barco.
Naufragó a una isla desierta, no había nada, sólo bananas y cocos.
Después de unos 4 meses, estaba sentado en la playa cuando ve que se acerca remando en un botecito la mujer más hermosa del mundo.
El hombre no lo puede creer y le pregunta:
¿De dónde has venido? ¿Cómo has llegado hasta aquí?

Ella le responde: "remé desde el otro lado de la isla. Naufragué aquí cuando se hundió el crucero donde iba de vacaciones".

Y el diálogo continúa...Qué increíble! Que suerte tuviste que un bote te llevó a la costa!

¿Oh, éste bote? Yo lo hice con materiales crudos de la isla.
Los remos fueron hechos de ramas de árboles. Entretejí el fondo del bote con hojas de palmeras y los lados del bote fueron hechos superponiendo hojas de gomeros.. Los dos extremos los recubrí con hojas de eucalipto.

Pero ¿Dónde encontraste las herramientas?

Ah, eso no fue ningún problema. En el lado sur de la isla hay un estrato muy inusual de roca aluvial que se ve expuesto. Lo trituré y quemé los trozos a una determinada temperatura en el horno de barro que me hice. Se convirtió en una especie de hierro dúctil y eso usé para hacer las herramientas.

El tipo queda anonadado.

Que te parece si remamos hasta mi casa? Le dice ella.

Luego de un rato de remar, llegan a un pequeño embarcadero.
El hombre no puede creer lo que ve. Delante suyo hay un camino hecho de piedras lisas que llega a un hermoso bungalow pintado en azul y blanco.
Mientras que van caminando hacia la casa, ella dice:

No es nada del otro mundo, pero yo la llamo 'mi casa'.
Por favor sientate. ¿Que te doy de beber?

Nada, gracias. No soportaría tener que tomar jugo de coco una vez más.
Es lo único que he bebido en todos estos meses, no lo soporto más.

-Ah!, pero no es sólo jugo de coco. Yo me hice una pequeña destilería para destilar alcohol. ¿No te gustaría una piña colada?

Tratando de disimular su total asombro, el hombre acepta y se sientan a charlar.
Luego de haber charlado un rato y haberse contado sus historias, ella le dice:

Me voy a refrescar un poco y a ponerme algo más cómodo..
¿A ti te gustaría darte una ducha y afeitarte? Hay una rasuradora en el armario del baño.
A estas alturas el hombre ya no cuestiona nada. Va al baño y encuentra una navaja muy afilada hecha de hueso de tortuga con un mecanismo de eslabón giratorio.

El hombre piensa : "Esta mujer es INCREIBLE. ¿Que más tendrá para sorprenderme?
Al volver a la sala, encuentra a la mujer vestida sólo con hojas de vid puestas en lugares estratégicos y oliendo a perfume de gardenias. Ella le pide que se siente a su lado.

"Dime", le dice ella muy sugestiva y prácticamente echándosele encima, "...Hemos sido náufragos durante muchos meses. Tu has estado muy solitario.
Estoy segura que debe haber algo que quieres hacer inmediatamente, AHORA
MISMO, ALGO QUE HAZ AÑORADO DESESPERADAMENTE?..."

Ella lo mira a los ojos y parpadea...
El traga saliva excitadamente y se le empiezan a caer lágrimas por sus mejillas y le dice....

NO JODAS... TAMBIÉN TENES TELEVISIÓN ???!!!!!!!!!!!!
 
 
Aporte de Corina Rolon

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