feed

¿De qué se ríe ministro?


El estimado abogado, jurista, sociólogo, escritor y académico Roberto Gargarella me ha hecho conocer este poema del maestro Benedetti que viene bien para estos tiempos de socarrona burla ministerial.

¿De qué se ríe?
(Seré curioso)

En una exacta
foto del diario
señor ministro
del imposible

vi en pleno gozo
y en plena euforia
y en plena risa
su rostro simple

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

de su ventana
se ve la playa
pero se ignoran
los cantegriles

tienen sus hijos
ojos de mando
pero otros tienen
mirada triste

aquí en la calle
suceden cosas
que ni siquiera
pueden decirse

los estudiantes
y los obreros
ponen los puntos
sobre las íes

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

usté conoce
mejor que nadie
la ley amarga
de estos países

ustedes duros
con nuestra gente
por qué con otros
son tan serviles

cómo traicionan
el patrimonio
mientras el gringo
nos cobra el triple

cómo traicionan
usté y los otros
los adulones
y los seniles

por eso digo
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe

aquí en la calle
sus guardias matan
y los que mueren
son gente humilde

y los que quedan
llorando de rabia
seguro piensan
en el desquite

allá en la celda
sus hombres hacen
sufrir al hombre
y eso no sirve

después de todo
usté es el palo
mayor de un barco
que se va a pique

seré curioso
señor ministro
de qué se ríe
de qué se ríe.



Mario Benedetti

Para los gustosos de las Matemáticas...


Parece que Pitágoras no paraba mucho en su casa, y Enusa, su esposa, aprovechaba tal situación para tener relaciones con 4 campesinos analfabetos y bastante catetos que cuidaban sus tierras.

Un día que Pitágoras volvió temprano a casa (nunca hay que volver antes de lo habitual a casa sin avisar), los sorprendió, y muy enfadado mató a los cinco. Luego decidió enterrarlos en el jardín, un precioso terreno de forma rectangular, el doble de largo que de ancho.

En consideración a su esposa dividió el terreno por la mitad, quedando dos cuadrados iguales y en uno de ellos enterró a Enusa.

El otro cuadrado lo dividió en cuatro partes iguales y enterró en ellos a cada uno de los campesinos; de esa forma entre los cuatro ocuparon un espacio idéntico al que ocupaba la esposa.

Luego, ya más calmado, subió a la montaña para meditar y mirando desde la cima hacia su jardin pensó:

"La suma de los cuadrados de los catetos, es igual al cuadrado de la puta Enusa ".

gracias Néstor Piatti

Órganos


Cinco cirujanos de 5 grandes ciudades están discutiendo quién es el mejor paciente para operar.

El primer cirujano, de Nueva York, dice: "Me gusta ver a los contadores en mi mesa de operaciones, porque cuando los abrimos, todo en el interior tiene un número.

El segundo, de Londres, responde: "Sí, pero debería tratar a los electricistas. Todo dentro de ellos está codificado por colores.

El tercer cirujano, de Berlín, dice: "No, realmente creo que los bibliotecarios son los mejores, todo dentro de ellos está en orden alfabético.

El cuarto cirujano, de Madrid interviene: "Sabes, me gustan los trabajadores de la construcción ... Ellos siempre entienden cuando se tienen algunas partes de sobra. "

Pero el quinto cirujano, de Buenos Aires, les cerró la boca a todos ellos cuando observó: "No hay como los políticos, son los más fáciles de operar.
No tienen estómago, ni corazón, ni bolas, ni cerebro, ni columna vertebral ... Además, la cabeza y el culo son intercambiables.
 
Gracias Eduardo Moreira

Húmedos carnavales


Mi primer recuerdo de los carnavales de agua viene de la mano del sentimiento de mis bronquios destapados y el claro aire de las sierras cordobesas. Regresan a mi mente con cariño esas épocas de vacaciones en Córdoba, cerca del pueblito de Río Ceballos, allí donde el tío de mi padre tenía un chalecito llamado "Mi Ilusión" que solía facilitarnos para pasar en familia unos cuantos días en medio de la naturaleza serrana. Épocas en que vacacionar significaba al menos un mes de dolce far niente.
La casita se encontraba ubicada en la parte más alta del barrio Luján y desde esa posición uno podía incluso tocar las nubes a su paso si se lo proponía. En la esquina una barranca que apenas lográbamos subir con el viejo 4L de mis primas-abuelas debido a su pronunciada inclinación, la misma que con el tiempo y las lluvias obró como condena de muerte para la propia colina, deslavada sin miramientos.

En la otra esquina el club social con pileta olímpica que nunca vi funcionando y la casa del amigo que siempre nos daba paseos en su sulky canasta.

Alrededor solo monte cerrado y fauna de todo tipo. Zorritos, vivoras, lagartos overos y cientos de las mejores arañas.

Todo sigue allí, en el mismo lugar pero con muchos más vecinos que antes, aunque las viejas casas como la de doña Azunta, que nos vendía los huevos de sus gallinas y el pan horneado en su horno de barro , hayan sido devoradas por la vegetación que nada perdona.
Incluso la vieja escalera de mil escalones que bajaba desde la sierra hasta la plaza circular, se encuentra abandonada y cubierta de hierba y con escalones faltantes como una sonrisa desdentada en medio de la naturaleza.


Para hacer las compras había que caminar unos cuatro kilómetros hasta el pueblo. O lo hacíamos por las sierras o siguiendo la ruta que une Pajas Blancas con Río Ceballos.
En eso estábamos, caminando a la vera de la ruta en una calurosa tarde de Febrero cuando un viejo camión Bedford cargado con tambores de acero y una multitud de jóvenes con el torso desnudo, nos sobrepasó, no sin antes descargar sobre nosotros varios baldes de fresca agua clara.


La sorpresa inicial trajo de la mano el alivio al calor y este finalmente la alegría que se festejaba con una risa lanzada al aire con todas las ganas.
Primero supuse que habría un insulto y sin embargo, cuan equivocado estaba, todos saludamos con la mano en alto a los vándalos del camión, mientras nos salía de la boca entre carcajadas húmedas un "gracias" que tenía mucho que ver con el calor de plena tarde.


Lo más divertido de aquellos carnavales de los años 60 eran las batallas de agua. En el barrio SUPE de Banfield había encuentros memorables entre vecinos que se reunían siempre en las mismas cuadras a jugar. Con "Bomberos locos", pomos comunes, bombitas o baldes, la idea concreta era una guerra a batallarse en cada cuadra del barrio y que tenía como contendientes a dos bandos que no hacían distingo de edad. Chicas contra chicos y allí entraban desde la abuela hasta el crío con pañales que posiblemente fuera su nieto.
Al igual que en una Convención de Ginebra para la batalla con agua, había una regla de oro que no se podía quebrantar: nadie podía atacar o , lo que es lo mismo, mojar a alguien de su mismo sexo.


Y como la espuma en aerosol no estaba en los planes de ningún industrial, el agua perfumada era un lujo que solo muy pocos tenían en cuenta, aún cuando ya desde la época de la colonia se usaran cáscaras de huevo vacías y rellenas de agua perfumada como granadas de mano para atacar delicadamente a las más delicadas fosas nasales.
Lo mejor de estas húmedas armas era el agua extraída de pozo, que por suerte venía bien fresquita, tanto como para paliar la más intensa quemazón veraniega.

El Corso nunca me gustó. El papel picado tampoco. Las caretas menos. Disfrazarme lo hacía en cualquier momento del año, así que para mí la esencia del carnaval estaba en estas batallas de agua que tanto nos ayudaban a conocer y querer a nuestros vecinos más cercanos. Los mismos que nunca olvidaré.

Lo demás no era tan divertido.

Taluego.

Apodos para compañeros de trabajo.



Balde plástico : Se raja cuando uno más lo necesita.

Bioquímico : Vive analizando las cagadas de los demás.

Bisagra : Si no está en la ventana está en la puerta.

Cable de plancha : Parece piola pero es un forro.

Conejo negro : No lo hacen trabajar ni los magos.

Culo de estatua : No hizo un sorete en toda su vida.

Delfín : Hace dos o tres pelotudeces y después nada y nada.

Dólar azul : Cualquier pelotudo se da cuenta que es falso.

Dragón con diarrea : O te quema o te caga.

Escombro : Donde está molesta.

Estribo : Unicamente sirve para meter la pata.

Gato de circo : El único animal que no trabaja.

Papa verde : No sirve ni para ñoqui.

Filo de sartén : Solo sirve para romper los huevos.


Gracias Angel Gutierrez.

La vieja Estación Constitución


Estación Constitución. A fines del siglo XIX, los coches de a caballo llegaban hasta el costado de los andenes y los faroles eran todavía a gas.

Se encuentra frente a la plaza homónima, ubicándose en el ancho de la Av. Brasil dársenas de colectivos. Además, se encuentra próxima la Autopista Presidente Arturo Frondizi (AV1 Sur).

Los accesos generales se encuentran en la Av. Brasil y la calle General Hornos, además de las entradas provenientes del Subte C.

Con dieciséis andenes, es la estación terminal más grande de Argentina y de Sudamérica. Los primeros once son utilizados para servicios urbanos; los andenes 1 a 8 son elevados para servicios eléctricos, y los andenes 9 a 12 para servicios diésel, incluyendo el servicio interurbano a Saladillo y General Alvear.

Los restantes tres andenes (13 y 14) son utilizados por Ferrobaires para sus servicios diésel interurbanos. Es especialmente conocida esta última plataforma, ya que de la cuál han partido a lo largo de décadas muchos importantes y célebres trenes de pasajeros al Sur del país, especialmente el internacionalmente conocido “El Marplatense”. Los andenes 15 y 16, son para maniobras de trenes generales de la empresa estatal Ferrobaires. El andén 15 es parte de la estación en sí y de los 14 andenes que tiene la estación homónima y el andén 16, para maniobras de los trenes generales de la empresa estatal Ferrobaires.

Historia
Toponimia


La orden religiosa los Padres Betlemitas construyó en el lugar un hospital, llamado originalmente La Convalecencia, luego Mercado del Alto y por último adopta el nombre de Mercado Constitución, donde finalmente se construiría la estación, el cuál toma su nombre de la Constitución Nacional.
Inauguración

Las obras de construcción se iniciaron el 7 de marzo de 1864, en una ceremonia presidida por el presidente Bartolomé Mitre, y éstas comenzaron frente al Mercado Constitución, en el lugar donde actualmente se ubica la estación ferroviaria, y desde donde la compañía de capitales británicos Gran Ferrocarril del Sud había comenzado su primer tramo de vía hasta Chascomús, un total de 114 km en trocha ancha. La primera sección de la línea, hasta Jeppener, fue librada al servicio público el 14 de agosto de 1865, y durante dicho mes una pequeña estación terminal sita en el Mercado Constitución fue abierta al público y renombrada Plaza Constitución (denominada Constitución I en el listado de edificios donde funcionó la estación). En diciembre de dicho año fue librada al servicio público la línea a Chascomús.


Constitución I (1865-1885)
Constitución I y el tranvía que la conectaba con el centro. (1867)

Este primer edificio, recordado como "Constitución I", era una construcción simple cuya fachada sobre la actual calle Brasil, mirando hacia el Mercado Constitución, tenía un frontis por único ornamento. El acceso público entraba por un costado. Esta primitiva terminal tenía solamente dos plataformas: una para la entrada y otra para la salida de trenes.

En las inmediaciones, se levantaron diversos galpones de madera con techos a dos aguas, uno destinado a acopio de lana y otro para carga general, aunque también se depositaba allí cuero y pasto, con el cual se alimentaban los caballos. También existía una cochera.

El cuadro de la estación iba desde la calle Brasil hasta la de Caseros donde había un paso a nivel, desde allí la vía era doble hasta Barracas al Sud, actual Avellaneda, donde se ubicaron los primitivos talleres y el depósito de locomotoras.

Las instalaciones funcionaron así, sin grandes modificaciones, durante más de 18 años. El ferrocarril se constituyó inmediatamente como la mejor alternativa en materia de transporte. Para cuando el tren fue inaugurado ya concentraba poco más de la mitad del transporte de mercancías, en franca competencia con las carretas. Con el tiempo, la brecha en favor del ferrocarril se iría ampliando, al tiempo que las carretas se limitarían únicamente a hacer llegar los productos hasta la punta de riel.

Ya el 3 de febrero de 1866, el Ferrocarril del Sud había puesto en servicio un tranvía a caballo que acercaba a los pasajeros hasta la Estación Constitución, yendo por la calle "Del Buen Orden" (hoy Bernardo de Irigoyen) hasta la Estación Lima en el denominado "Pasaje del Pecado", una cortada que hoy puede imaginarse al costado sur del actual edificio del ex Ministerio de Obras Públicas, en la Avenida 9 de Julio y Moreno, en lo que era la Plaza Monserrat. Posteriormente el servicio se extendió hasta llegar a la altura de la calle Lima Nº 117, dejando a los pasajeros del FCS a solo un paso del centro. Y finalmente llegó hasta la "Estación Parque" del Ferrocarril del Oeste (el terreno del actual Teatro Colón) en 1869. Esta línea luego sería vendida en 1872 a la Compañía de Tranvías de la Ciudad de Buenos Aires.

Constitución II (1885-1898)
Constitución II, con las carretas estacionadas en el viejo mercado. (1885)
Constitución II, con el mercado ya transformado en plaza. (ca. 1890)

Considerando que durante la década de 1870 se había extendido notablemente la traza del ferrocarril, se había duplicado la cifra de pasajeros y también el tonelaje de cargas, se hizo necesaria la construcción de un edificio de dimensiones acordes a los nuevos volúmenes, ya que las instalaciones eran reducidas y los galpones, ineficientes.

En 1883, la empresa encarga a los arquitectos ingleses Parr, Strong & Parr de Londres, el diseño de un nuevo edificio para su estación cabecera que sería construido en lugar de la primitiva estación, más un predio de 37.000 metros cuadrados, al este del cuadro original. La municipalidad mandó abrir las calles "Universidad" (actual Herrera), "General Paz" (actual Guanahani) e "Ituzaingo" que con "Brasil" y "Lima" delimitarán el nuevo cuadro de la estación Plaza Constitución.

Entre 1885 y 1887 se construyó un edificio totalmente nuevo para la estación Constitución. Los arquitectos se habían inspirado en el Castillo de Maisons-Laffitte (Francia) y su estilo es caracterizado como "ecléctico neorrenacentista victoriano", por combinar diversos elementos tomados de la arquitectura renacentista en estilo imperante del período victoriano.

Esta nueva terminal "Constitución II", de apariencia palaciega, fue la primera de su tipo en Buenos Aires y representó una tendencia que luego seguirían las demás compañías ferroviarias en las siguientes décadas. Se destacaba por su mansarda, la cúpula central con un gran reloj y un conjunto escultórico. El cuerpo central, con cuatro accesos, era flanqueado por dos alas para entrada y salida de carruajes, y finalmente los dos volúmenes laterales salientes con buhardillas. En cuanto al interior, las tres plataformas estaban cubiertas por una estructura de hierro empotrada en las paredes laterales, cubierta por cristales vidriados que permitían la iluminación natural.

La nueva estación también tenía 2 galpones para acopio de lana que serían habilitados prematuramente el 30 de agosto de 1884 para albergar familias víctimas de una gran inundación en Barracas y La Boca y otros dos galpones, para cueros y varios que en esa fecha estaban en construcción. El nuevo edificio para pasajeros se terminó durante el año 1885 y los 2 galpones de cargas con desvíos y playa adoquinada para carros, se realizaron en 1886.

La construcción de una trinchera significó la construcción de dos puentes de hierro: uno para peatones en la prolongación de la calle Caseros y otro, carretero, en la calle Ituzaingo, que fueron habilitados durante el año 1887. En 1899 se agregaron nuevas plataformas que aumentaron la capacidad de servicios y pasajeros, al tiempo que fue suprimido el servicio de cargas (trasladado a la Estación Sola), reemplazado por el de equipajes y encomiendas.

Constitución III (1898-1925)
Constitución III hacia 1910. En los años '30 se construyó un nuevo hall, pero se mantuvo esta fachada delante.

Dada la gran extensión de la red y el sostenido incremento en el tráfico, el directorio en Londres autorizaba la realización de importantes obras en Plaza Constitución y vías de acceso, para adecuarlas a las necesidades del momento y es así que se proyecta y se somete a la aprobación del Gobierno, el ensanche o mejor dicho la reconstrucción del edificio de la estación, el traslado del servicio de carga a la estación "Sola" y la construcción de una cuádruple vía a alto nivel, entre Barracas al Sud y Plaza Constitución.

En 1898 comenzó a realizarse el proyecto de ampliación y remodelación de la terminal. La nueva estación tendría 9 plataformas, una cochera para 36 vehículos y un depósito con mesa giratoria, para albergar hasta 12 locomotoras.

El hasta entonces, edificio principal de la estación, de marcadas características victorianas comenzó a ser rediseñado para convertirse en uno más amplio e imponente. El nuevo proyecto estuvo a cargo de los arquitectos Paul Bell Chambers y Louis Newbery Thomas, quienes eligieron una apariencia más afrancesada, conocido como Beaux Arts, muy en boga en esos años, basada en el diseño de la Maisons-Laffitte, un castillo francés del siglo XVIII.

La estación Barracas al Norte se demolió en el año 1900 como consecuencia de la construcción de la vía a alto nivel y Barracas (luego Barracas al Sud) se demolió en 1901 por la misma razón y en su lugar se levantó un nuevo edificio.

Las primeras cuatro plataformas de Plaza Constitución fueron inauguradas entre 1901 y 1902, incluyendo un ensanche del viejo edificio hacia el este, con una fachada simétrica.

La plataforma Nº 4 de Plaza Constitución se habilitó en 1903, año en que circulaban por la estación, 3.300.000 pasajeros. Tres años después, fueron abiertas las plataformas número 5 y 6, y se agregó un entrepiso al sector de pasajeros en el hall central. El 16 de enero de 1906 un gran incendio destruyó los galpones de carga y a partir de entonces Constitución cumplió funciones solo para pasajeros, encomiendas y el servicio de trenes lecheros. Para aquel entonces ya se habían iniciado las obras del viaducto a alto nivel entre kilómetro 1 y Avellaneda y los servicios de carga se realizaban ahora en "Estación Sola" a la cual se llegaba mediante un ramal de conexión desde kilómetro 5, habilitado en 1906.

El 25 de abril de 1907 se abrió al público la nueva confitería y en septiembre de ese año todo el nuevo edificio estaba terminado, con la cúpula central y el sector de oficinas sobre la entrada principal. El movimiento anual era para entonces de 9.815.000 pasajeros.

En los años siguientes las obras de ampliación continuaron y en octubre de 1909 se habilitó la plataforma 7, la plataforma para trenes lecheros y el depósito de locomotoras.

Durante el mes de diciembre de 1911 se terminó la cuádruple vía a alto nivel entre Plaza Constitución y Avellaneda y las plataformas 8 y 9 se habilitaron en diciembre de 1913.

La guerra de 1914 detuvo las obras de ampliación de la estación terminal, cuyo movimiento anual superaba ese año, los 18.000.000 de pasajeros que viajaban por la línea general y la sección urbana ya muy poblada y demandante de un gran número de trenes locales incluso en la vía que unía la Capital Federal con Quilmes y La Plata, dado que en 1910 se habían clausurado para este servicio las estaciones Casa Amarilla, Brown, Barraca Peña, Tres Esquinas y Barracas Iglesia sobre la traza del ex Ferrocarril Buenos Aires y Ensenada, y sus pasajeros viajaban ahora hacia y desde la capital, por Plaza Constitución.

Constitución IV (1925)
Constitución IV, sólo se llegaron a construir el hall y esta fachada lateral.
Una vez finalizada la guerra europea comienza una etapa de bonanza para los ferrocarriles en la Argentina, en la década siguiente el Ferrocarril del Sud renueva gran parte de su material rodante, termina ramales inconclusos, construye nuevas y modernas estaciones intermedias a lo largo de su red y por supuesto se apresta a tener la gran estación terminal que será la imagen del nuevo imperio ferroviario del sur. Inicialmente se proyecta correr la estación hasta la calle Caseros, para dejar entre ésta y la Plaza una ancha avenida de acceso que le dará perspectiva al nuevo edificio. Finalmente el proyecto se descarta.

En 1922, finalmente el Ferrocarril del Sud diseñó los planos definitivos del nuevo edificio y la ampliación de la terminal, siguiendo un estilo renacentista clásico, pero con enfoque moderno. En agosto de 1925 llega a Buenos Aires en visita oficial, el Príncipe de Gales (posteriormente Duque de Windsor) y el 19 de septiembre coloca entre los andenes 1 y 2, la piedra fundamental de la que será la nueva e imponente estación Plaza Constitución.

Lo primero que se construyó fueron las nuevas playas para encomiendas, el depósito de confitería y tráfico de leche con sus correspondientes galpones y plataformas, luego se hicieron las nuevas plataformas números 11 a 14, sumando topes hidráulicos y con la parte de techado correspondiente. Seguidamente se levantó el gran hall con su imponente techo abarcando todo el ancho de la estación, siendo éste uno de los más grandes en el mundo. Los trabajos también incluyeron la monumental entrada por la calle General Hornos y la parte del edificio de la esquina de Hornos y Brasil. Finalmente se terminó el techado sobre las primeras 10 plataformas, el nuevo tendido de vías, la cabina de señales y el nuevo puente carretero de la calle Ituzaingó.

A las obras iniciadas por el Ferrocarril del Sud se sumó a que en 1930 la CHADOPYF (Compañía Hispano Argentina De Obras Públicas Y Finanzas) recibió la concesión para construir y explotar dos nuevas líneas que tenían a Plaza Constitución como cabecera del servicio: Constitución - Retiro (hoy Línea C) y Constitución - Parque Chacabuco (hoy Línea E, aunque luego su trazado fue modificado). Los trabajos de ejecución de la actual Línea C comenzaron recién el 24 de Abril de 1933, habilitándose el primer tramo un año después. La línea E, solo se habilitaría en 1944, pero en 1966, éste subterráneo dejaría de pasar por Constitución.

La Segunda Guerra Mundial finalmente detuvo las obras que faltaban en la estación ferroviaria de Plaza Constitución, consistentes en la demolición del viejo edificio sobre la calle Brasil y su sustitución por el nuevo frente proyectado. Estas obras tampoco se terminarían al finalizar la guerra ya que para ese entonces ni Gran Bretaña estaba en condiciones de aportar los capitales necesarios, ni el ferrocarril era ya un negocio rentable capaz de justificar semejante inversión.

Incidentes de 2007

El hall de la estación fue sitio de una violenta protesta el 15 de mayo de 2007, durante la hora pico vespertina, que provocó controversias y polémicas en la Argentina sobre el servicio y la privatización de los ferrocarriles.

Una formación quedó inmovilizada a poca distancia de la estación, impidiendo la partida de todos los servicios eléctricos. Los pasajeros de esta formación descendieron de la misma y se dirigieron de regreso a la estación, donde se desató el caos por la furia de la gente, provocando destrozos e incendios de las instalaciones y una posterior batalla campal con la Guardia de Infantería, que dejó como saldo 21 heridos y 16 detenidos. Estos incidentes provocaron repercusión nacional y aceleraron la salida de la cuestionadísima concesionaria Metropolitano, siendo reemplazada por la actual UGOFE (Unión de Gestión Operativa Ferroviaria de Emergencia)

CÓMO HACER FELIZ A UNA MUJER


Hacer feliz a una mujer es fácil. Sólo se necesita ser:
1) Amigo
2) Compañero
3) Amante
4) Hermano
5) Padre
6) Maestro
7) Educador
8) Cocinero
9) Mecánico
10) Plomero
11) Decorador de interiores
12) Estilista
13) Electricista
14) Sexólogo
15) Gineco - Obstetra
16) Psicólogo
17) Psiquiatra
18) Terapeuta
19) Audaz
20) Simpático
21) Atlético
22) Cariñoso
23) Atento
24) Caballeroso
25) Inteligente
26) Imaginativo
27) Creativo
28) Dulce
29) Fuerte
30) Comprensivo
31) Tolerante
32) Prudente
33) Ambicioso
34) Capaz
35) Valiente
36) Decidido
37) Confiable
38) Respetuoso
39) Apasionado
40) Y... sobre todo... muuuuy solvente
41) ¿Creías que eso era todo? No amigo lo peor de todo es que hay que
ser...
¡¡¡ADIVINO!!! para saber qué es lo que quieren.
D e la misma forma, hay que poner atención en:
* No ser celoso, pero tampoco desinteresado.
* Llevarse bien con su familia, pero no dedicarles más tiempo que a ella.
* Darle su espacio, pero mostrarse preocupado por dónde estuvo.

Y muy importante es...
* No olvidar las fechas...
-De cumpleaños
-Aniversario de novios
-De Boda
-Graduación
-Santo
-Menstruación
-Fecha del Primer Beso
-Cumpleaños de la tía y del hermano o hermana más querida
-Cumpleaños de los abuelos Y de la mejor amiga
Desgraciadamente, el cumplir al pie de la letra estas instrucciones
NO garantiza al 100% la felicidad de ella, porque podría sentirse inmersa
en una vida de sofocante perfección y fugarse con el primer desgraciado
vividor que encuentre.

Dios dijo: ¡¡¡¡Amalas!!!!... PERO NUNCA DIJO QUE HABÍA QUE ENTENDERLAS!

¿COMO HACER FELIZ A UN HOMBRE?
HACER FELIZ A UN HOMBRE ES FÁCIL Se necesita:
1) Sexo
2) Comida
3) El control remoto

¿Somos... o no somos una ganga?

(Gracias Eduardo Mario Urbaneja)

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...
UA-15341775-1